En la Resolución 49/214 del
23 de diciembre de 1994, la Asamblea General decidió establecer el "Día
Internacional de las Poblaciones Indígenas", a celebrarse el 9 de agosto
cada año durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del
Mundo.
Esa fecha recuerda el día en
que se celebró la primera reunión del Grupo de Trabajo sobre las Poblaciones
Indígenas de la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos.
El objetivo del Decenio Internacional es fortalecer la cooperación para la
solución de los problemas que enfrentan las poblaciones indígenas en áreas
tales como derechos humanos, medio ambiente, desarrollo, educación y salud. El
Ente Coordinador de la Década es la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En abril de 2000, la Comisión de Derechos
Humanos adoptó la resolución que establece el Foro Permanente para las
Cuestiones Indígenas, que fue apoyada por el Consejo Económico y Social el 28
de julio de 2000 (Resolución 2000/22). El mandato del Foro Permanente es
examinar las cuestiones relativas al desarrollo económico y social, la cultura,
el medio ambiente, la educación, la salud y los derechos humanos.
El Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo fue establecido por
la Asamblea General, el 23 de diciembre de 1994, en su resolución A/RES/49/214
en la que decide que se celebre el 9 de agosto de cada año durante el Decenio
Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo (1995 – 2004).
En 2004, la Asamblea proclamó un Segundo Decenio Internacional, del 2005 al
2015, con el tema «Un decenio para la acción y la dignidad».
En el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas del mundo, nos sentimos más orgullosos de nuestros Pueblos Originarios en Chile.
Aymaras: Este pueblo se dedica a la agricultura y la ganadería,
y se ubica en la región
que va desde el lago Titicaca, pasando por los faldeos cordilleranos, hasta el
noreste argentino. En Chile se le puede ver en la Región de
Tarapacá y, en menor proporción, en la Región de Atacama. Los aymara que
habitan el Altiplano crían ovejas, llamas, ganado y alpacas, pero tienen pocos
cultivos. Por su parte, quienes viven en la pre cordillera han podido
desarrollar la agricultura mediante el antiguo sistema de terrazas, cultivando
papas, cebada y quínoa. Es por eso que los pastores y agricultores intercambian
sus productos entre sí.
Los
kollas: Vivieron en
el norte de Chile, ocupando aguadas y quebradas de la cordillera de la
provincia de Chañaral (Región de Atacama), entre las ciudades de Potrerillos,
El Salvador, Diego de Almagro y Copiapó. Se cree que ingresaron a nuestro país,
primero durante los últimos años del imperio de Tiwanaku, en el siglo X, y más
tarde durante la Guerra del Pacífico, desde el norte de Argentina.
Rapa Nui es el nombre
originario de la Isla de
Pascua, lugar mundialmente conocido por los colosales moais, gigantes de
piedra volcánica construidos por los ancestros de este pueblo. Estas
misteriosas esculturas miden en promedio 4 metros de altura, a excepción del
moai Paro, que alcanza los 10 m. Se dejaron de construir debido a crisis
internas originadas por disputas de poder y escasez de alimentos en la isla.
Esta isla triangular tiene volcanes situados en sus tres puntas, el Rano Kau,
el Maunga Terevaka y el Poike.
Según la tradición local, el
primer colonizador de Rapa Nui fue el antiguo rey Hotu Matu'a, quien llegó con
un grupo de personas desde islas polinésicas cercanas. Él sería el responsable
de fijar la organización social y las normas legales que rigen su sociedad. Su
idioma es llamado Vananga Rapa Nui, y su escritura ceremonial, Rongo Rongo,
ambos relacionados con la cultura polinésica.
A pesar de las variaciones
que sufrieron las ceremonias y creencias ancestrales de este pueblo, los
conceptos de Mana y Tapu han persistido hasta nuestros días.
Los
mapuches o “gente de la tierra”
Fueron quienes opusieron una mayor resistencia a la dominación europea en
América. Contribuyó a esto la ausencia de una autoridad central, ya que los
jefes o lonkos estaban dispersos en el territorio. Asimismo, aunque las comunidades eran autónomas
entre sí, respondían como nación a la defensa de su territorio.
Sus luchas contra los españoles fueron inmortalizadas en “La Araucana”, el
famoso libro de Alonso de Ercilla. Actualmente constituyen uno de los pueblos
originarios más numerosos, con una población cercana al medio millón de
individuos.
De acuerdo a la cosmovisión
mapuche, existe un equilibrio entre Ngenechen, dios de la vida, la bondad y la
creación, y Wekufu, dios de la muerte y la destrucción, al que atribuyen la
llegada de los españoles. En sus ceremonias incluyen instrumentos musicales
como la trutruca y el kultrún. Su idioma es el mapudungún.Los
Atacameños:Vivían en
los oasis, valles y quebradas de la provincia del Loa, en el norte de Chile (II
Región). Sus principales centros ceremoniales son Caspana, Peine, Socaire, San
Pedro de Atacama y Toconao. Ellos provienen de antiguos cazadores y
recolectores que se adaptaron a la zona gracias a las favorables condiciones
que ofrecía la cuenca del río Loa. Esta cultura alcanzó un gran desarrollo en
el siglo XV, antes de la llegada de los incas. Ancestralmente se destacaron en
la metalurgia, alfarería, textilería y técnicas de cultivo de la tierra en
terrazas. Este pueblo, al igual que aymaras y kollas, forjó su identidad
después de la desintegración de Tiwanaku, cuando los pueblos altiplánicos se
dividieron en varios reinos.
Los
kawésqar o alakalufes:
Eran cazadores nómades que se alimentaban de lobos marinos, nutrias, focas y
ballenas, en los fiordos y canales del extremo sur de nuestro continente. Sus
canoas eran muy importantes para ellos, que recorrían el archipiélago sur de
Tierra del Fuego en busca de su sustento. Eran de baja estatura y muy fuertes
de la mitad para arriba, aunque un poco más débiles de la mitad para abajo, ya
que para remar, cazar, o bucear, necesitaban mayor fuerza en los brazos y el
tronco que en las piernas. Esto los diferencia de los altos cazadores
terrestres de la Patagonia: los aonikenk (tewelches) y de los selk'nam (onas),
que podían medir hasta dos metros de altura. Sus casas eran toldos desmontables
cubiertos con cuero de lobo marino.
Los
yaganes: Vivían en el
extremo sur de América, igual que los kawéskar, en el Estrecho de Magallanes.
Para cazar usaban un arpón de casi tres metros de largo al que adosaban una
punta de hueso de pescado dentada, por uno o ambos lados. Sus flechas tenían
punta de piedra, aunque sustituyeron dicho material con el vidrio en el siglo
XVIII. Eran nómades y vivían de la caza y la pesca. Usaban brazaletes hechos
con cuentas de huesos de aves y conchas; los varones lo usaban sólo en los
tobillos, y las mujeres también en las muñecas. Las mujeres yaganes eran
diestras artesanas y fabricaban cestos, bolsas de cuero y vejigas, utilizadas
como recipientes, además de lazos hechos de barba de ballena.
Los
Diaguitas:Casi nada queda hoy día de las tradiciones y la cultura diaguita,
ya que fue rápidamente absorbida por la sociedad criolla hispana. Sun
integrantes eran agricultores y diestros alfareros, y vivieron entre los siglos
VIII y XV d.C. También se dedicaban a la ganadería y al comercio con los
pueblos vecinos. Cultivaban el maíz, la teca, los porotos y la calabaza.
Domesticaron la llama y el guanaco, animales que les fueron muy útiles en el
transporte y la carga para comerciar. Probablemente llegaron desde el otro lado
de la cordillera para establecerse en los hermosos valles del Norte Chico en
Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa. Su arte cerámico es muy conocido,
destacándose por una bonita decoración de líneas rectas, en zigzag y con
triángulos adosados a una línea. Generalmente escogían el blanco, rojo y negro
para decorar sus cerámicas.
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